Los masturbadores de Anne Sexton

                                Con J.A.V

                                      Para N.

 

 

Vi a una muchacha masturbarse.

Ella tenía dieciséis. Yo tenía once.

Luego tenía diez. Después anclaba en mi edad:

la tuya.

 

Marea de toques, resoplido de lentitud,

en el capullo húmedo,

la mitad dentro de ella,

la mitad junto a ti, con un dentífrico,

un libro de Vita Sackville,

punzando, rasga, levanta, brota,

y su mano subterránea,

y su mano carnívora en sus pechos,

astilladas bajo el musgo yacen ellas,

sobreviven ellas,

el círculo lacerante sobre el falansterio

donde bebe la vaca y mastica la loba,

un susurro en el círculo,

un vibráfono que late inacabable,

una crónica del orine,

la estatuilla, el libro, un dentífrico,

una botella de Pepsi,

una orquídea envuelta en otra orquídea,

una máscara de lirio, un reloj,

una lámpara fétida, un pincel,

una brocha de piel de conejo,

un sostén lleno de piastras,

el chorro de agua sobre el pastel,

los cursos a su cueva disfrazada

de túneles, un eco hormigueante,

tinieblas, fosforescencias,

relámpago sobre las ondulaciones,

un torbellino, el arca en paz.

 

Una muchacha de dieciséis.

Un muchacho de once.